Yo estaba trabajando con una familia de mi pueblo. Esta familia se marchó al extranjero, y al volver, traía un nuevo miembro. Chispi, una perrita chihuahua era el nuevo integrante. Al tiempo me llamaron a ver si le podía echar una mano en casa, y sorpresa: Chispi iba a aumentar más aún la familia. Me dejaron a cargo de ella y de sus 3 pequeños, y cuando la familia volvió a casa, yo ya lo tenía decidido: una de esas crías se venía conmigo. Así llegó Pepi a mi vida. Sus dueños no pusieron ningún tipo de inconveniente, ya que decían que yo había mal acostumbrado a la pequeña con tantos mimos y cariños.
Si un perro chihuahua es pequeño, cuando es un cachorro es un espectáculo digno de ver. Cabía en mis manos perfectamente, y cuando llegó la noche, Pepi ya sabía perfectamente dónde iba a dormir: en mi cama.
Cuando llegaba la hora de despertar y salir de la cama, no había quien sacase a Pepi del calor de las mantas, así que la liaba en una toalla y me la llevaba conmigo a donde tuviese que ir. La gente pensaba que era un bebé lo que llevaba allí. ¡Y desde luego que lo era! En el pueblo la conoce todo el mundo.
Desde que Pepi llegó a mi vida, todo cambió. No es sólo la compañía que aporta tener un animal en casa. Es el amor, el cariño, y saber que hay una vida indefensa que depende entera y absolutamente de ti. Nosotras jugamos mucho a la pelota, y aunque a veces yo me canso primera, parece que los años cada vez le pesan más a Pepi, que, a menudo me da esquinazo cuando intento que juguemos un poco más.
Aunque ya es más mayor, siempre va a ser el bebé de la casa, y si tengo que quedarme con algo en concreto que me guste más de ella, lo resumo muy fácil: a mi, de Pepi me gusta todo.
Ahora que Pepi ya no sale tanto, el collar de plata de primera ley “Perpetual Heart” es la mejor opción para que me siga acompañando a hacer mis recados, deseando siempre de volver a casa para disfrutar de su compañía.
El collar Perpetual Heart se caracteriza por su forma de corazón, con la imagen de Pepi grabada en su interior. La cadena, con cierre de mosquetón, se remata adornada con bolas facetadas de 2 mm de diámetro. Todo el conjunto se puede elegir en diferentes acabados, bañado en rodio, oro u oro rosa.
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